FAMILIA Y VEJEZ……
FAMILIA Y VEJEZ……
La importancia de la familia se fundamenta principalmente en dos
columnas para el ser humano: por un lado el cuidado, la protección y el cariño
desde el nacimiento y por otro, la conducción a través del ejemplo, sobre
valores morales, conductas, hábitos y
comportamientos que le permitan desarrollar una vida íntegra, sana, que le
permita vivir saludablemente, con éxito, y adaptarse a la sociedad en la que
vive.
Ya con el transcurrir del tiempo, la familia se convierte en el recurso
más importante para la población “mayor”, ya que viene a ser la encargada de
prestar una atención directa a la gran mayoría de los ancianos que sufren problemas
de salud o un deterioro grave en su autonomía personal; ya que para un anciano
en su conciencia existe grabada la importancia de tener una persona a quien
acudir en caso de necesidad; y esto es de gran importancia para ellos; ya que
en el ámbito de las relaciones socioafectivas es la forma más idónea de
proporcionar sentimientos de arraigo y seguridad; ofreciéndoles sentimientos de
capacidad, utilidad, autoestima, confianza y apoyo social.
Se tienen en la actualidad múltiples detalles
y sistemas de orientación en cuanto al trato y procedimientos para compartir con las
personas mayores a fin de garantizarles, una vejez tranquila y con buena
calidad de vida, nada que no se pueda realizar con un poco de buena voluntad;
como por ejemplo: …Dejarlos hablar: porque en su
pasado hay un tesoro lleno de verdad, de belleza, de bien. O permitirles vencer
en las discusiones, porque tiene
necesidad de sentirse seguro de sí mismo. O llevarlos a visitar a sus viejos amigos, porque entre ellos se
siente revivir. Déjalos contar sus
historias repetidas, porque se siente feliz cuando lo escuchamos. Permítele
vivr entre las cosas que ha amado,
porque sufre al sentir que le arrancamos pedazos de su vida. No te enojes cuando grite, o cuando se ha
equivocado porque los ancianos como los niños tienen derecho a la comprensión. Permítele
envejecer: con el mismo paciente amor
con que dejas crecer a tus hijos, porque todo es parte de la naturaleza. Déjalo rezar como él sabe, como él quiere,
porque el adulto mayor descubre la sombra de Dios en el camino que le falta
recorrer. Y finalmente permítele morir, entre brazos llenos de piedad, porque el amor
de los hermanos sobre la tierra nos hace presentir mejor el torrente infinito
de amor del Padre en el cielo.
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