Otoño en Plenitud

  Psicológicamente, una víctima es quien sufre un daño personalizado por caso fortuito o culpa ajena, mientras que el victimario es quien se disfraza de víctima, consciente o inconscientemente, simulando una agresión y responsabilizando al entorno; también podemos definir que el “victimismo” es la tendencia de un grupo, colectivo o alguien en particular que tiene la tendencia a considerarse víctima, y responsabilizando a otros o al mundo de su sentir, alguien le debe algo y tiene derecho a sentirse víctima. “Solo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos   pueden descubrir lo lejos que pueden llegar”  T.S. Eliot Una personalidad “victimista” consiste en mantener una tendencia a responsabilizar a otros de un gran cúmulo de alteraciones emocionales, y cubrirse en la compasión ajena, caracterizándose todo ello en una deformación de la realidad, en la que el individuo se interna en su lamento, quedando incapacitado para realizar cualquier autocrítica u autoobservación, siendo la queja

Existe una cualidad a través de la cual una persona actúa en forma lógica y consecuente con sus ideas, principios y valores; es decir mantiene una estrecha relación entre lo que dice, piensa y hace, y es lo que se denomina   “Coherencia”.   La coherencia, es un valor que permite articular la teoría con la práctica, lo que se predica con lo que se hace, generando de esa manera convertirse en una persona confiable, no solo en su ámbito laboral sino familiar y social. “La identidad de un hombre consiste en la coherencia   entre lo que es y lo que piensa.” CHARLES SANDERS PEIRCE La falta de coherencia es uno de los aspectos más negativos, con uno mismo, con los demás y con el entorno, ya que es una actitud que alimenta la desconfianza, la duda, siembra la decepción y la frustración, sumergiendo a la persona en un espacio sin sentido motivado por la imposibilidad de ser una persona con integridad. Cuando se habla de coherencia, es referirse a la capacidad de transmitir un mensaje de forma o