¿SENTIR O ESTAR?
Hola, ¿cómo te sientes? Hola, ¿cómo estás? Expresiones comunes utilizadas al saludar, ¿notas alguna diferencia en ellas?
Habrá quienes no vean ninguna diferencia, porque posiblemente las digan de forma rutinaria; sin embargo, sí existe una gran diferencia y no solo en cuanto a expresión, sino en cuanto a esencia. La primera Hola, ¿cómo te sientes? está basada en sentimientos, ya que “sentir” nos ubica en las emociones, éstas nos confieren humanidad y pocas condiciones desprenden y reflejan tanto misterio como las emociones, porque ellas son el producto de los sentimientos que resultan de los procesos mentales ocurridos inmediatamente luego de experimentar una emoción. Es así como el cerebro procesa una emoción, la persona descubre un estado anímico que le genera produciéndose de esta manera el sentimiento.
“Una emoción no causa dolor. La resistencia o supresión de una emoción es lo que verdaderamente causa dolor y sufrimiento” – Frederick Dodson
Mientras que la segunda expresión Hola, ¿Cómo estás? Nos lleva a “estar” que atribuye una cualidad o una característica no permanente o es el resultado de una acción. Estar se usa para atribuir al sujeto una cualidad o una característica no permanente o el resultado de una acción o proceso y viene a ser un adjetivo dentro de la oración. Pero igualmente pudiera ser un verbo, el cual en modo transitorio o permanente, refleja una posición o situación determinada para expresar un cierto estado de un sujeto; es por lo que decimos que existe una diferencia no solo en expresión sino en esencia.
Todos nos hemos preguntado alguna vez qué son las emociones. Podríamos definirlas como el “pegamento de la vida”, esa materia invisible pero intensa que nos conecta a los nuestros, que nos permite ser partícipes de una realidad, riéndola, admirándola, sorprendiéndonos ante sus maravillas y en ocasiones entristeciéndonos. Y no es menos cierto que las emociones vienen de alguna manera integradas a nuestra genética; y esto último, ha sido de cierta forma demostrado a través de estudios realizados mediante escáner de ultrasonido donde puede observarse a un feto, expresando una variedad de emociones dentro del útero materno; pudiendo descubrirse cómo los bebés antes de nacer ya sonreían e incluso cómo demostraban expresiones asociadas al llanto.
“El corazón tiene razones que la razón no entiende” – Jacques Benigne Bossuel
“Sentir” se relaciona con las emociones, con el fluir de las energías, y cumplen una finalidad muy concreta, por cuanto nos permiten adaptarnos a todo cuanto nos rodea y así garantizar nuestra supervivencia. Sentir significa percibir algo, ya sea física, mental o emocionalmente; nos permite experimentar placer o dolor, jugando un papel importante, ya que nos informan, nos movilizan a una acción y nos permiten actuar de una forma más precisa. Es muy importante aprender a escucharlas, a tomarlas en cuenta para la toma de decisiones y forma de afrontar nuestro día a día.
El tener conciencia de nuestras emociones, conocerlas y manejarlas, puede permitirnos reconocer las emociones en los demás, manejar la empatía y establecer mejores relaciones; siempre hay una razón para todo, e interesarnos en ¿cómo me siento? o ¿cómo te sientes? Puede ayudarnos a encontrar razones en nuestra conducta y en la ajena.
Las emociones no son buenas ni malas, solo es cuestión de analizar la información que nos dejan ver sobre los procesos que podemos estar viviendo y enfrentando, para así acomodar las acciones a las expresiones y palabras, para dar sentido a nuestras decisiones; porque si actuamos de forma automática, no son las emociones en sí el problema, sino en cómo las gestionamos, ya que en esencia toda emoción constituye un impulso que nos moviliza a una acción; y al tener un conocimiento práctico y real de las mismas implica permitir que no nos afecten y eso se logra comprendiendo cómo reaccionamos ante ellas.
Ahora vemos, Hola, …¿Cómo estás?, nos traslada a “estar”, y ello indica la disposición próxima o determinada para hacer algo, estar por y para algo, que se no se ha realizado todavía, que tenemos pendiente; estar en una determinada actitud o situación a la expectativa, y en definitiva el “estar” se utiliza para describir estados temporales, o para referirnos a un estado de ánimo, sujeto y dependiente de las circunstancias.
“Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás” – Daniel Goleman
Podríamos concluir que no es una cuestión de terminologías que tenga un trasfondo de algo más trascendente de lo que parece, no tratándose tampoco de un tema de desarrollo personal, pero sí de considerar aspectos psicológicos y emocionales al momento de dirigir nuestra atención hacia otra persona, y requerir de ella una respuesta en cuanto a cómo está o cómo se siente; y todo ello va unido a cuán emocional estamos relacionados con la persona que se está saludando.
Existen otras tantas frases de saludos bien sea en ambientes formales o informales, entre familiares, conocidos o amigos, y cada uno tiene su particular manera de hacerlo; como, por ejemplo: ¿Qué tal? ¿Cómo va todo? ¿Cómo te va?, pero que no se espera una respuesta o la misma carece de importancia, ello no funciona como saludo y no hay implicaciones emocionales.
Cuando nos detenemos a vivir en el momento presente, observándonos emocionalmente vemos como las personas, han dejado de mostrar sus sentimientos, en gran parte por el exceso de equipaje emocional que cargamos, lo que nos ha llevado a aprender a vivir en un modo represivo con nuestros afectos, nuestros miedos y pasiones, olvidando que somos seres emocionales y dentro tenemos una necesidad natural que nos impulsa a descubrir sentimientos y emociones. De tal manera que la próxima vez que vayas a saludar, piensa en cuál de las dos frases es más propicia…Hola, ¿cómo te sientes? O Hola, ¿cómo estás?
Hasta una próxima oportunidad.
“A veces la razón no tiene sentido. A veces hay que dejar de pensar, y dejarse sentir” – Mind of Brando
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