¡.SOMOS UNO.!

 

¡.SOMOS UNO.!

                    7..Glándulas, Emociones,

                         PECADOS y VIRTUDES..!

 


“Y llegará el momento en que veas que todos somos Uno,

y que la vida fluye dentro y fuera de ti”

 George Harrison

 

Definitivamente, hoy más vigente que nunca un pensamiento emitido por Platón hace más de 600 años, al decir que, mientras el cuerpo sea tratado solo como un ente físico, existirían las enfermedades y el sufrimiento, y es que lo más  verdadero que existe es que “Somos UNO” no es una frase cualquiera, somos seres integrales, “Cuerpo, Mente y Espíritu”, somos la maravillosa máquina creada por Dios para manifestar su magnificencia en este plano de evolución; de allí la importancia y correlación de este artículo, al mencionar 7 glándulas (físico), 7 emociones (mente) y 7 pecados/virtudes (espíritu); TODO en uno.

 

Así tenemos que, físicamente tenemos 7 glándulas principales – hipófisis, hipotálamo, tiroides, Pineal, suprarrenales, ovarios y gónadas (sexuales); cada una encargada de la producción de las hormonas  que son los mensajeros químicos que viajan a través del torrente sanguíneo hacia los tejidos y órganos para el perfecto funcionamiento de los diferentes procesos, incluyendo el crecimiento y desarrollo de nuestro cuerpo; donde el exceso o defecto en la producción de las mismas, puede generar graves consecuencias para la salud, ya que el normal funcionamiento de las glándulas determinan el estado de salud del cuerpo; destacando dentro del sistema endocrino, la hipófisis también conocida como “glándula maestra ” por cuanto es la encargada de coordinar los procesos endocrinos con otras glándulas como la tiroides, las suprarrenales y las gónadas o reproductivas, para el buen funcionamiento de las funciones corporales; siendo entonces esa mínima estructura, ubicada en la base del cerebro, quien regula gran parte de todos los procesos hormonales.

“En lugar de ser tus pensamientos y emociones,

Sé la conciencia que hay detrás de ellos”

Eckhart Tolle

 

Explicamos que las glándulas son grupos de células que producen y liberan sustancias químicas, que seleccionan y extraen materiales de la sangre, los procesan y convierten en el producto químico terminado para el uso correcto en alguna parte del cuerpo, para el buen funcionamiento en la vida del hombre; teniendo la información que investigadores en Estados Unidos, han descubierto que también disponemos de moléculas hormonales en el sistema nervioso donde se ubican  los neurotransmisores como – la dopamina y la serotonina- que intervienen  directamente en la consciencia que tenemos del mundo; donde la dopamina es el neurotransmisor que nos genera “placer” mientras que la serotonina es la hormona de la felicidad porque regula las emociones; así también nuestras glándulas producen cuatro químicos naturales que son definidos como “el cuarteto de la felicidad”, conformado por la endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina; esto en líneas generales en cuanto a lo concerniente sobre las glándulas dentro del aspecto físico, para estudios más profundos debemos buscar en literatura biológica.

                                                      

Seguidamente pasamos a identificarnos con nuestro cuerpo emocional, que es la capa energética siguiente al cuerpo físico, y que lo clasificamos a nivel energético como la vibración de las emociones; eso que cuando nos encontramos frente a un peligro se liberan las emociones que desencadenan una respuesta física ante el peligro. También es conocido como “cuerpo astral” el encargado de portar los sentimientos, emociones y cualidades determinativas del carácter; está descrito como un contorno en las personas, y puede parecer una sustancia nebulosa moviéndose en varias direcciones, y mientras más una persona se desarrolla espiritualmente se va estabilizando definiendo sus sentimientos, cualidades y carácter.

 

De acuerdo a ese planteamiento, presentamos las siete emociones que principalmente controlan nuestro sistema o “cuerpo emocional” – esperanza, amor, orgullo, tristeza, miedo, alegría y aversión -;  una de la mayor importancia de las emociones radica en que el ser humano toma generalmente las decisiones en función de sus estados emocionales; donde tenemos que, las emociones son estados psicológicos complejos que implican una experiencia subjetiva, una respuesta fisiológica y una respuesta conductual o expresiva, pudiendo ser reacciones fisiológicas importantes, que afectan o alteran la salud física y emocional.

 

“Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, los diamantes y

El CONOCERSE A UNO MISMO”

Benjamin Franklin

 

Relativo a nuestro sistema emocional, existe una frase enunciada por Carl Sagan, y que viene a no ser una simple expresión poética, sino que tiene una base científica; y es que  todo lo que existe está hecho de desechos de estrellas antiguas y que murieron en el pasado y remoto universo;  ello nos hace pensar que dentro de toda la conexión existente que hay en el Cosmos, nos hacemos parte de UN TODO y nos volvemos hijos de ÉL.

“Conócete a ti mismo” frase inscrita en el pronaos o frontispicio del templo de Apolo en Delfos, siendo Platón quien dio mayor difusión a esta frase de alto valor ético y reflexivo, recordándonos la importancia de mirar hacia dentro antes de tomar cualquier decisión para dar el siguiente paso. Han pasado siglos y la gran mayoría de las personas continúan inhabilitadas en esa materia básica que es el autoconocimiento. Continuamos siendo una sociedad sin reflexionar, y culpabilizando a otros de nuestros fracasos, y  conjugando mal la honestidad.

El autoconocimiento, lo queramos o no, es la esencia de la madurez humana, siendo nuestra mayor responsabilidad la tarea de dedicar tiempo, intuición y esfuerzo para lograr un  mínimo de conocimiento sobre nosotros mismos, y para ello no es necesario ir a las altas montañas del Himalaya para lograrlo. Ya  fue anunciado por Thomas Hobbes: “Quien mire en su interior y considere aquello que hace cuando piensa, opina, razona y sobre qué bases, leerá y conocerá los pensamientos y las pasiones de todos los hombres en ocasiones similares, y en algún momento descubrirá la Divinidad que habita en todos nosotros”, y ello  nos abre la puerta para el conocimiento de los demás.

 

Podríamos decir que de acuerdo a los diferentes estados emocionales que se experimentan, ellos pueden inducirnos a los siete pecados capitales, que corresponden  a la clasificación de los vicios o deseos del hombre, según las enseñanzas morales del cristianismo; y se denominan capitales porque constituyen la fuente o principio de otros pecados, lo que quiere decir que el caer en los pecados capitales tienta a las personas a satisfacer sus deseos a toda costa, así implique cometer otros pecados para lograrlo.

 

 

“La soberbia nunca baja de donde sube,

Pero siempre se cae de donde subió”

Francisco de Quevedo

 

Los siete pecados capitales que se encuentran claramente establecidos son – la soberbia, la gula, la avaricia, la ira, la lujuria, la pereza y la envidia-; así podemos decir que el cuerpo humano se inclina y busca en todo momento la ocasión de satisfacer sus instintos y necesidades; sin embargo tanto el cuerpo como el alma están destinados a vivir una vida espiritual, que para ello están creados, lo que supone ser consciente y vivir adecuadamente en todas las dimensiones de la existencia, y ello incluye la dimensión física.

 

Haremos una breve descripción de algunos pecados, y su relación con el sistema emocional; porque se puede establecer cómo los pecados están estrechamente relacionados con el sistema emocional, así vemos por ejemplo como la “soberbia” reside en una personalidad insegura y con baja autoestima, son personas que las identifica una personalidad y conducta egoísta, vanidosa, poco empática e incapaz de tomar en cuenta a otras personas, ya que en la soberbia existe una gran dosis de altanería y egocentrismo, pero también inseguridades, miedos y vacíos. En este “pecado” las personas se sienten y se creen todopoderosas, muy por encima de las demás y son aquéllas que creen siempre tener la razón, son esas que sienten que nadie les puede enseñar nada, pues “ya lo sabían”; están ciegos para todo aquello que no tenga que ver con ellos, aunque no son conscientes de eso, aparentando una imagen de seguridad, aunque no hay alguien más inseguro, que quien se cree poseedor de la verdad.

 

“Lo que llamamos en otros pecado, lo

Consideramos en nosotros experiencia”

Emerson

 

Otro de los pecados altamente común y relacionado con lo emocional se refiere a “la Gula”, que es el modo de escape de situaciones estresante y de modo inconsciente se utiliza la comida como escape, teniendo en ocasiones ingestas de grandes cantidades sin tener un “hambre real” sino lo hacen por “hambre emocional”, que puede generarse a raíz de un desbordamiento emocional que provoca una “ansiedad” que solo se calma ingiriendo determinados alimentos.

 

“Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes,

Sino en disminuir tu codicia”

En la Red

 

Sobre “la codicia o avaricia se dice que esta se genera cuando emocionalmente  la persona siente necesidad de llenar un vacío interior con cosas materiales, en este caso, las personas tienen la tendencia a ser egoístas, es cuando esas personas codiciosas quieren tener más de lo necesario o merecido.

 

Otro pecado u actitud  muy alienante y que genera grandes conflictos es “la ira”, ya que es una emoción que se expresa a través del resentimiento, y sus efectos físicos incluyen desde el aumento del ritmo cardíaco, elevación de presión arterial y es como parte de una respuesta cerebral para huir de una amenaza; este sentimiento se puede convertir en un sentimiento predominante en el comportamiento cognitivo, teniendo muchas consecuencias físicas y mentales.

 

“La envidia es el dolor que causa la prosperidad de otros”

Aristóteles

 

De igual manera se tiene que la “envidia”  es una emoción que acoge pensamientos, sentimientos, emociones y conductas; y existen  tendencias principales en una persona a sentir envidia, desear lo que no tiene, compararse con los demás y la incapacidad de sentir empatía por la persona envidiada y ponerse en su lugar; aunque para algunos autores, la envidia sea una emoción, para otros es una conducta, un rasgo de personalidad o incluso una serie de desequilibrios o de mensajeros. Bien se podría continuar detallando el tema, sobre las diferentes emociones que privan la conducta humana, que de alguna forma están establecidas en el desarrollo de las necesidades establecidas en la Pirámide de Maslow; quedándonos claramente establecido la relación entre nuestro sistema “hormonal-glandular (cuerpo físico) y el  cuerpo emocional; pero lamentablemente  el espacio no lo permite; y quien desee puede profundizar el tema en las diferentes literaturas que se encuentran al respecto.

 

 

 

“Hay pecados cuya fascinación está más en el

Recuerdo que en la comisión de ellos”

Oscar Wilde

 

Llegamos al aspecto “Espiritual”,  haciendo la correlación de que “Somos UNO”, y como nos une lo físico, lo mental y lo espiritual, encontramos que  posteriormente y en algún momento, Santo Tomás de Aquino, nos enseña, que no todo en el aspecto emocional son aspectos negativos, que como contraparte a los “7 pecados capitales” somos capaces de establecer un equilibrio a través de las “7 Virtudes Teologales” y así tenemos que son “castidad, templanza, generosidad, paciencia, caridad, humildad y laboriosidad”; incorporadas en la tradición judeocristiana para establecer que los pecados se pueden neutralizar con las virtudes; soberbia con  humildad,  avaricia con generosidad,  lujuria con castidad, ira con  paciencia,  gula con  templanza; pereza con diligencia; y contra envidia caridad; sabiendo que una distorsión por exceso o desequilibrio en la actitud hacia las virtudes puede devenir en “vicio” y por lo tanto conduce al pecado; en una próxima entrega haremos una descripción detallada de lo concerniente a las 7  Virtudes, y los beneficios que brindan al desarrollo y en la conducta del ser humano.

 

“Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza,

Porque nos predispone al pecado”

San Agustín

 

Para concluir este artículo, haremos mención especial al  “AMOR”, aunque no es una emoción, sino un sentimiento que no solo es el único mandamiento que nos dejó Jesús de Nazareth,  sino que es la fuerza  impulsora para hacer las cosas en pro del bien, ya que a través del Amor, establecemos claramente la diferencia entre el bien y el mal, llevándonos a tener una vida plena de paz, tranquilidad y alegría; y en consecuencia, una vida de bienestar con nosotros mismos. Asumiendo una vida dentro del Amor a Dios, es una actitud en la cual, el corazón (físico), la mente (emocional) y el Alma (espíritu), estaremos alineados con la voluntad de Dios reflejando ese amor por Dios, hacia nosotros mismos y nuestro prójimo. ¡..HASTA UNA PRÓXIMA OPORTUNIDAD..!

 

NERVIS C. NAVA

 

 

 

 

 

 

 

 

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